Menos cosas, más felicidad: La huerta orgánica

23 febrero 2011 at 09:51 12 comentarios

Nuestra lista de cosas por hacer empieza a reducirse: este fin de semana hemos sembrado por primera vez una huerta orgánica. El proceso ha sido menos largo de lo que pensábamos, pero creo la reducción de tiempos se debió, en buena parte, a que teníamos a la vuelta de la esquina un experto con todos las herramientas básicas, además de conocimientos y consejos oportunos para ayudarnos. Y aunque nos anticipamos algunos días a la luna menguante, confío en que habrá mucho verde para comer. Aquí va un pequeño resumen de la historia con datos importantes para tener en cuenta. Sigo convencida de que éste es un proyecto hermoso que todos podemos ajustar a nuestras condiciones: si lo hacemos, le daremos una manito invaluable al planeta y a nuestros cuerpos.

Intentaré no alargarme en detalles para no hacer una entrada kilométrica. Estoy segura de que en el futuro, a medida que crezca la huerta y nuestra experiencia, publicaremos información complementaria que sea de utilidad. Del mismo modo, creo que los comentarios que puedan generarse en esta entrada ahondarán en temas que parezcan superficiales. Ah, y no duden revisar los textos publicados anteriormente (en la categoría de Simple Living) relacionados con las huertas (urbanas y rurales): para nosotros ha sido una información relevante. Les recomiendo especialmente el texto sobre la fertilidad de los suelos (precioso) y la composta y el de huertas familiares (sembradas directamente en la tierra -en camas con siembra separada o en cultivos biointensivos– o en terrazas  o balcones -usando macetas u otro tipo de recipientes-). Hechas las aclaraciones, comienzo con nuestra puesta en marcha.

La preparación del terreno

Nuestra huerta está sembrada en una zona rural de la ciudad en la que vivimos, a unos 30 minutos de casa, en un terreno con condiciones climáticas y de suelos propias de una zona tropical. Su temperatura promedio oscila entre los 15 y los 21 grados durante el día y un poco menos durante la noche. Cuenta con buenas precipitaciones de agua (que varían su periodicidad, con épocas más secas o más lluviosas dependiendo de los meses del año) y con muy buena luz natural.

Ahora, si bien era un terreno que no había sido cultivado -al menos en los últimos 15 años-, requirió de una preparación que garantizará la existencia de materia orgánica y, con ello, la calidad y viabilidad de la tierra para la siembra. Éste es un detalle fundamental en la agricultura, pues hace la diferencia entre un suelo vivo (granuloso, negro, rico en bichitos macros y micros y, con ello, en potasio, fósforo y nitrógeno) y un suelo seco (con la tierra apelmazada en capas, sin animales y, usualmente, enriquecido con químicos de manera artificial). Al respecto les recomiendo un par de videos: el documental francés de 2008 Nuestros hijos nos acusarán (Nos enfants nous acusseront) y un video (que vale sobre todo por su audio) sobre la diferencia entre productos químicos y orgánicos (y su incidencia en el suelo). Éste último es de un foro de agricultura orgánica de Univisión. Anexo los dos:

[Youtube=http://www.youtube.com/watch?v=5mWEcVnThcQ]

Ahora, ¿cómo preparamos el terreno? Disponiendo sobre él a lo largo de varios meses el desecho del corte del pasto del área circundante. Para la composta (también llamada compost) se recomienda agregar además desechos de alimentos y estiércol de animales herbívoros (no de perros, gatos o humanos), pues estos aportan otro tipo de nutrientes a la tierra. Si bien éste no fue nuestro caso, la persistencia en la adición del pasto, el movimiento constante de la tierra (que se volteaba cada cierto tiempo para una mejor distribución de la materia orgánica) y la ayuda del agua y el sol completaron la operación. Adicionalmente, se agregaron microorganismos antes de la siembra (en el momento en el que se trabajó la tierra para distribuir los caminos y las camas), siguiendo las indicaciones de nuestro vecino bioagricultor.

Dejo dos videos que ejemplifican cómo puede ser la operación de limpieza y preparación del terreno:

Para detalles complementarios sobre nuestra experiencia, procedo con preguntas y respuestas rápidas:

¿Qué herramientas se utilizaron? Básicamente, pala y azadón. También pueden ser útiles un tenedor gigante (perdón, agricultores, por no saber cómo se llama, creo que es horca), un machete, un rastrillo y una carretilla.

¿Cuál fue el área sembrada? 4.5 por 6.8 metros (para un total de 30.2 metros cuadrados de área). Esto incluye las camas (5 en total, de aproximadamente 3 metros de largo por 80 centímetros o 1 metro de ancho), los caminos entre ellas (necesarios para limpiar, sembrar, regar y recoger la siembra) y una U circundante que sirve para las plantas medicinales y aromáticas (orégano, anís, cidrón, ruda, yerbabuena y perejil), además de otras que hacen las veces de barrera (penca sábila, hinojo -que se deja en maceta, pues sus raíces son muy invasoras- rosa amarilla -medicinal, no la rosa típica de San Valentín- y caléndula). El romero -protector fundamental de la huerta orgánica según nuestro vecino, pues ahuyenta con su olor muchas plagas de la huerta- se sembró en una esquina de cada cama.

¿Qué otros elementos complementarios se utilizaron o tuvieron en cuenta para el terreno? Compramos orillos de árbol en un aserradero cercano, anchos y gruesos, para proteger las camas y evitar el desmoronamiento de la tierra abonada. No fue necesario agregar arena a las camas, pues el terreno lo tenía de antemano (un arroyo de una cuneta cercana la había traído hasta allí), pero se recomienda hacerlo porque evita el exceso de humedad y facilita la filtración del suelo. También usamos troncos para proteger la huerta en el costado de la cuneta cercana, malla para cerrarla (se cerró el lote entero donde se encuentra la huerta) y evitar la visita de animales curiosos, y algunos tubos que nos ayudaran a llevar el agua a la cuneta y evitar arroyos producidos por excesos de aguas lluvias. En el futuro, conseguiremos una caneca que pondremos en el desague de los tejados de la casa para aprovechar el agua lluvia (no clorada) tanto en el riego (no muy necesario por la pluviosidad de la zona) y en la fabricación de riegos preparados y fermentados para combatir de manera orgánica las plagas (les recomiendo, y mucho, este documento. En el capítulo 5 hay varias fórmulas para preparar -sin químicos- este tipo de riegos).

La siembra

Confieso mucho desconocimiento al respecto. Contamos con la ayuda de nuestro vecino y de un campesino amigo, los dos muy curtidos en el tema y buenos consejeros. Utilizamos, en general, plántulas (sembradas y germinadas previamente en almácigas -una instrucción en video de cómo se preparan estas, puede verse aquí-), pues con ello hay más probabilidades de supervivencia de la planta. Estas se ubicaron calculando el área de crecimiento que tendrían (una distancia menor en hortalizas como puerros, cebolla de rama, zanahoria, remolacha y apio, y mayor en otras como brócoli, coliflor, repollo y lechuga), agrupadas según sus especies, conveniencia de vecindad (algunas plantas requieren más nitrógeno que otras, por ejemplo) y tiempo de producción. Para futuras cosechas, sabemos que debemos hacer rotación de cultivos para evitar el empobrecimiento de la tierra (abonaremos también, por supuesto con el producto de nuestra compostera vecina a la huerta). También se puede hacer cultivo intensivo (hay documentos referenciados al principio de esta entrada), pero no fue nuestro caso… está claro que estos son apenas nuestros inicios.

Aspectos que se deben tener en cuenta

La luna (se recomienda sembrar en luna creciente o menguante, no en luna llena ni en luna nueva. Adjunto al final un video -más audio que cualquier cosa- con una explicación al respecto), la combinación de hortalizas (el documento recomendado para los riegos precisa un poco más al respecto), los caminos para trabajar, la recolección del agua (necesaria para humedecer el terreno y hacer los riegos), la composta, los riegos naturales contra las plagas (no químicos, por favor), el desyerbe manual constante. Un consejo interesante, que aún no hemos puesto en práctica, es proteger las áreas no sembradas con restos de corte de plantas (pasta, hojas, etcétera), pues éstas no permitirían que brote maleza al tiempo que abonarían las camas un poco más.

Dejo el video (en dos partes) sobre los cambios de la luna y me despido porque tengo una chiquita que me espera. Finalizo diciendo que ésta es una experiencia maravillosa, pues enseña, da esperanza y nos permite ver en vivo y en directo la generosidad de la tierra. Los frutos, grandes o pequeños, sólo serán un goce más. 😉

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¿Hasta dónde debemos llegar? Me hago mayor

12 comentarios Add your own

  • 1. Nahatl Vargas  |  23 febrero 2011 a las 12:05

    Me encanta leerte, escribes muy bien y siempre es muy copmleta la información que aportas, sin embargo los post son un poco largos para mi capacidad de concentración, por eso siempre me cuesta completarlos, y en computadora la letra se ve muy chiquita.

    Andamos en el mismo proceso, creo que el tenedor se llama bieldo.

    Te recomiendo mucho el ibro de Jeavons que ya recomendé el otro día, explica muy bien las cosas.

    Un abrazo, pronto te vuelvo a enviar tu bolsita.

    Responder
    • 2. azulitoclaro  |  23 febrero 2011 a las 12:42

      Sí, escribo largo (y eso que me propongo no hacerlo). Este post, por ejemplo, lo he debido dividir en tres (ahora que lo veo, cada subtítulo pudo ser uno completo). En fin. Qué rico que andemos en lo mismo y qué bueno que pueda llegar a ser útil este intercambio de información. Buscaré el libro que me recomiendas para aprender un poco más. Ah, y no dejes de ver el archivo que recomiendo para los riegos. Creo que puede ser de muchísima utilidad.
      Un abrazo y gracias por tus palabras,
      A.

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  • 3. Adriana  |  23 febrero 2011 a las 15:40

    Qué lujo de huerta! nosotros hace tres días sembramos nuestras primeras 6 plantas en un germinador para después trasplantarlas…creo que debo documentar la experiencia también!

    Besos!°

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  • 4. Gus  |  23 febrero 2011 a las 15:50

    ¡Maravillosa tarea han emprendido! Espero que sigan adelante.

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  • 5. Stella  |  25 febrero 2011 a las 11:48

    ¡FELICITACIONES!, ¡Qué tarea tan bonita!

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  • 6. María José  |  27 febrero 2011 a las 09:59

    Creo que ya te lo comenté una vez, tener un huertecito es el sueño de mi marido! Y mira que por aquí es de lo más común, pero nos falta el terrenito 😦
    Esas verduras sabrán deliciosas!

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  • 7. yarim  |  28 febrero 2011 a las 14:36

    Maravilloso! Que se te de bien todo!

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  • 8. Nebetawy  |  1 marzo 2011 a las 17:05

    Me encanta! Me pongo de deberes estudiarme bien este post y todos sus enlaces, a ver si de una vez por todas conseguimos tener un huertecito decente. Cada año plantamos cositas, pero nunca acaba de salir bien todo. Creo que no le ponemos suficiente empeño, además, donde vivimos el clima es muy extremo al ser montaña, mucho sol de día y muchas heladas de noche. Gracias por las lecciones, veremos qué tal va esta vez 🙂

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  • 9. floer  |  7 marzo 2011 a las 21:49

    excelente articulo me gustan estos temas y que la gente se interese cada vez mas por aprender a producir sus propios alimentos y que mejor que untarnos de tierra y saber que las verduras y hortalizas que produccimos saben como mejor pues las cultivamos con amor y dedicacion en particular ya estoy cultivando en mi terraza y tengo pimentones cebollas tomates y algunas aromaticas y me parece una terapia interesante que nos ayuda a cambiar de ambiente a interactuar un poco con la naturaleza y a olvidarnos del corre corre en el que vivimos actualmente. muchas gracias y ojala siga publicando articulos de estos.

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  • […] marzo 2011 Hace algunas semanas escribía sobre la huerta orgánica y, muy especialmente, sobre su montaje, requerimientos y cuidados básicos. Hoy quiero compartir […]

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  • […] más lo que vas a meter en tu boca lo que parece exagerado se convierte en racional y práctico. Ya hablé en otra ocasión del documental francés Nuestros hijos nos acusarán y algunas de las razones por las que […]

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  • […] abril 2011 Estas fotos son de hace una semana, pero valen como muestra de los progresos de la huerta orgánica un mes después de la […]

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